CRUZADA ESTATAL CONTRA LAS ADICCIONES, GRAVE OBSTÁCULO EN EL DESARROLLO EMOCIONAL, SOCIAL Y PROFESIONAL.
Cocodrilo (Krocodil)
La heroína de los pobres que hace que la piel se pudra y se caiga en quien la consume.
Krocodil o cocodrilo, es el nombre de una droga que nació en la región rusa de Siberia, en donde ha dejado una población toxicómana devastada debido a sus mortales efectos, se le da el nombre de cocodrilo porque literalmente se come a quien la consume.
Se le conoce como la heroína de los pobres, pero esta seria una papilla para bebés en comparación a esta nueva droga que se está expandiendo por Europa del Este y Alemania.
En países como Holanda y Bélgica temen su aparición, sin embargo se prevé que su cosumo se expandirá a todo el mundo.
El Krocodil es una mezcla de heroína, gasolina, codeína, disolvente para pintura, yodo y fósforo rojo. Según los informes de los países, cuesta de tres a diez veces menos que la heroína y todos sus componentes son fáciles de conseguir en el mercado legal.
Como en el caso de la heroína, los drogadictos la calientan y se la administran mediante inyecciones. Según videos que circulan en Youtube, en la zona del pinchazo empieza a pudrirse la carne hasta que se cae a tiras. A muchos enfermos hay que amputarles extremidades porque la droga penetra hasta los huesos y los corroe.
De acuerdo con un estudio realizado en el país, miles de personas de las áreas más pobres de Rusia, están usando la droga “Krokodil”, o cocodrilo, llamado así por la apariencia de color verde-escamosa en la que se transforma la piel, en el sitio donde se aplicó la droga. Muchos creen que las heridas que deja son similares a las de la mordida de un cocodrilo.
Algunas de las imágenes que circulan en internet son insoportables. Las autoridades rusas creen que la droga se produce en laboratorios clandestinos y artesanales en regiones del interior del país, entre ellas Siberia. El tráfico de drogas en Europa del Este, controlado por mafias rusas y balcánicas, estaría inundando el mercado de un compuesto brutal.
‘Krokodil’ apareció en Rusia en 2002 y se fue instalando entre los consumidores de drogas de menos poder adquisitivo. Era barata y parecía heroína, aunque sus efectos psicotrópicos duran apenas dos horas. Pero sus daños son incurables y aunque los adictos consigan dejarla cargarán de por vida con las horribles heridas que les deja su consumo.
La esperanza de vida de los consumidores habituales es de menos de tres años y provoca la muerte por envenenamiento de la sangre, meningitis, neumonía o, literalmente, podridos.
Las autoridades alemanas, después de descubrir los primeros casos, advirtieron que una simple dosis es suficiente para matar. Según los datos del Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías, los casos descubiertos en Europa occidental, por su escaso número, son anecdóticos, pero las autoridades de la ciudad alemana de Bochum tienen censados al menos a cuatro personas afectadas. Axel Pütter, portavoz de la policía de Bochum, dijo a la agencia AFP que tienen conocimiento de casos “por toda Alemania”.
En Rusia su expansión parece incontenible. Según estimaciones de la prensa rusa, habría más de un millón de adictos -entre ellos más de 100.000 menores de 18 años-, todos con una tasa de mortalidad mucho mayor que otros consumidores de drogas.
Fotografías de los adictos en la última etapa de Krokodil son preocupantes y revelan la putrefacción que sufren quienes la consumen por años. La carne se vuelve gris y se desprende hasta dejar los huesos expuestos. La gente, literalmente, se pudre hasta su muerte.
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